Focaccia Barese Es

Esta receta me la recomendó mi hija Litó, que estuvo de vacaciones en el sur de Italia este verano con su amiga Camilla.

Siempre hablamos de la comida del país que visitamos, ¡pero esta vez Litó fue absoluta! "¡Mamá tienes que hacer esta focaccia! ¡¡No te imaginas lo rica que está!!" Y por supuesto, como buena mamá que soy, la escuché y ¡no me arrepiento en absoluto!

Esta focaccia es divina!! ¡¡Es como comer pizza y no echas de menos el queso!! No es difícil y por eso la hago cada semana. Cuando se enfría pongo los trozos sobrantes en el frigorífico y cada vez que queremos, caliento la cantidad que necesitamos en una plancha sandwichera para que vuelva a quedar crujiente y la disfrutamos calentita!!

Υλικά 

300g de agua tibia

10g de azúcar

1 sobre de levadura seca (8-9g)

500g de harina para pizza

14g de sal

650g de tomates

1 cucharada tomate concentrado 

Sal

Orégano

50ml de agua

60ml de aceite

Aceite extra para la bandeja 

En el bol de la batidora colocamos el agua (cuidado que debe estar tibia), agregamos el azúcar y mezclamos. Por último, esparcimos la levadura sin mezclar. Dejamos que la levadura suba de 5 a 10 minutos.

Añadimos la harina y amasamos durante 5' en la batidora o con las manos.

Agregamos la sal y amasamos otros 5'.

Pasamos la masa a una bandeja engrasada y dejamos reposar durante 2 horas.

Preparamos los tomates:

Rompemos los tomates en trozos pequeños con las manos en un bol. Agregamos el tomate concentrado, la sal, el orégano.

Colocamos el agua y el aceite en un recipiente pequeño.

Extendemos aceite en una sartén grande, idealmente de aluminio porque se cocina mejor por la parte de abajo. Mi bandeja tiene un diámetro de 37cm.

Extendemos la masa por toda la superficie con los dedos.

 Extendemos el tomate sobre la masa lo mejor posible.

Dejamos reposar la focaccia durante media hora. Mezclamos el agua y el aceite con un batidor y vertemos lo sobre la focaccia. Dejamos reposar media hora más.

Encendemos el horno al máximo con ventilador. Mi horno alcanza los 250°C. Lo dejamos que se caliente bien media hora y también ponemos una piedra de horno, si tenemos que ayudará a cocinar mejor la parte de abajo.

Horneamos la focaccia durante unos 20'.

Por supuesto, se come caliente y los trozos restantes se pueden conservar en el frigorífico durante varios días. Calentamos la cantidad que queramos en el horno o en la freidora o para mí, idealmente en una plancha sandwichera para que la parte de abajo vuelva a quedar crujiente.